El próximo 27 de noviembre Jimi Hendrix hubiera cumplido 70 años. Lydie Salvayre escribe Himno (El Aleph), la leyenda dorada del músico. El 18 de agosto de 1969, al alba, delante del parterre devastado de Woodstock, Jimi Hendrix rasga el silencio con el sonido salvaje de su guitarra y empieza a interpretar el himno estadounidense. Es un grito desgarrador. Y este grito –tal es la convicción de Lydie Salvayre– solo podía entonarlo con tal potencia Jimi Hendrix. Porque es negro, de una minoría a la que se manda sin problemas a morir en la guerra de Vietnam. Porque también es cherokee, de una minoría piel roja a la que se le niegan derechos y dignidad. Porque su madre se hundió en el alcohol y fue a la deriva hasta su muerte. Y porque, finalmente, su única etiqueta fue la música, de la que fue un explorador demasiado genial para ser comprendido por muchos de sus contemporáneos. Retomando este momento histórico como una letanía, Lydie Salvayre tira los hilos de la biografía del músico pero afirma también la potencia suicida de todo creador genial. Ella escribe, con fuerza visionaria, la leyenda dorada de Jimi Hendrix.
"Tal vez, tal vez sea las cosas que decimos, las palabras que hemos oído y la música que escuchamos ..."
jueves, 15 de noviembre de 2012
Himmno el libro que habla sobre Jimmy Hendrix y su mito escrito por Lydie Salvayre
El próximo 27 de noviembre Jimi Hendrix hubiera cumplido 70 años. Lydie Salvayre escribe Himno (El Aleph), la leyenda dorada del músico. El 18 de agosto de 1969, al alba, delante del parterre devastado de Woodstock, Jimi Hendrix rasga el silencio con el sonido salvaje de su guitarra y empieza a interpretar el himno estadounidense. Es un grito desgarrador. Y este grito –tal es la convicción de Lydie Salvayre– solo podía entonarlo con tal potencia Jimi Hendrix. Porque es negro, de una minoría a la que se manda sin problemas a morir en la guerra de Vietnam. Porque también es cherokee, de una minoría piel roja a la que se le niegan derechos y dignidad. Porque su madre se hundió en el alcohol y fue a la deriva hasta su muerte. Y porque, finalmente, su única etiqueta fue la música, de la que fue un explorador demasiado genial para ser comprendido por muchos de sus contemporáneos. Retomando este momento histórico como una letanía, Lydie Salvayre tira los hilos de la biografía del músico pero afirma también la potencia suicida de todo creador genial. Ella escribe, con fuerza visionaria, la leyenda dorada de Jimi Hendrix.
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