jueves, 11 de octubre de 2012

La ultima entrevista a John Lennon

Esta es parte de la entrevista que concedió John Lennon a la cadena radial RKO en la mañana del mismo día de su muerte. Fue transmitida en la mañana del día siguiente cuando el mundo ya sabía de la tragedia.



- ¿Le preocupa a Ud. la actual situación del mundo?
J.L. O vamos a morir o vamos a vivir. Si vamos a morir nos tendremos que hacer la idea y si vamos a vivir, tendremos que enfrentarnos con el hecho de estar vivos. Así que preocuparse por si se va a derrumbar la bolsa o si el Apocalipisis va a caer sobre nosotros bajo la forma de una gran bestia, no nos va a hacer mucho bien en la vida cotidiana.

- ¿Entonces que propone Ud.?
J.L. Mire, yo hablo a la gente que ha pasado por lo mismo que hemos pasado nosotros, los grupos de los sesenta que hemos sobrevivido... que hemos sobrevivido a la guerra, a las drogas, a la política, a la violencia en las calles. A ellos yo hablo; a las mujeres, pues mi canción a Yoko (Woman) es para todas las mujeres. Lo que nos mostraron los sesenta fueron las posibilidades que había y la responsabilidad que teníamos todos. Aquello no era la respuesta. Posiblemente en los ochenta todos diremos: bueno, vamos a volver a proyectar el lado positivo de la vida.

- ¿Cómo?
J.L. Lo único que pedimos es que se le dé una oportunidad a la paz. Esto es lo que me salió espontáneamente cuando un periodista me volvió a preguntar, como lo habían hecho en millones de ocasiones: ¿Qué es lo que Ud. está haciendo? Bueno, pues yo lo que le repito es que le demos una posibilidad a la paz. Y no es que yo tenga una respuesta o proponga una nueva organización para la sociedad, porque eso no es cierto, no creo que nadie la tenga. Y, si hay alguien, que me muestre el plan, como se dice en la canción "Revolution".

- Lo noto un poco nervioso, ¿por qué asume una posición tan defensiva?
J.L. Uno no puede ser tal como es cuando está ante el público, precisamente porque está frente a él. Uno tiene que mostrarse un tanto defensivo, o como se le quiera llamar a esta actitud.

- ¿Cómo es que en los últimos años se ha convertido Ud. en una especie de "amo de casa"?
J.L. Ahora soy mucho más feminista de lo que era cuando cantaba "Woman is the nigger of the world" (La mujer es lo negro de este mundo). Antes era feminista de un modo intelectual, pero ahora creo que estoy actuando del modo en que antes sólo pensaba. O sea, que estoy viviendo tal como predicaba.

- ¿No será todo un esto un simple truco publicitario?
J.L. No quiero volver a vender mi alma, como antes, para tener un disco que sea un éxito. He descubierto que puedo vivir sin eso y que esto me hace más feliz. Así que no voy a tratar de crear una persona que no sea yo.

- ¿Por qué no grabó discos en los últimos cinco años?
J.L. Tras quince, casi veinte años de estar bajo contrato y tener que producir dos álbumes cada año y un simple cada tres meses, sin importar cómo era tu vida familiar, o como te iba en la vida; pues todo eso no contaba... uno tenía que producir esas canciones, fuera como fuera. Y eso así no podía seguir...

- Hablemos de su nuevo disco.
J.L. Espero que les guste a los jóvenes, pero con quien realmente estoy hablando es con gente que creció conmigo... a esos les estoy diciendo que yo ahora estoy aquí. ¿Cómo estas tú? ¿Cómo van tus relaciones? ¿Lograste superar todo aquello? ¿Verdad que los sesenta fueron una mierda? Así que aquí estamos, vamos a intentar superar también los ochenta.

- ¿Cómo es que Ud. y Yoko han sido siempre tan cortantes?
J.L. Siendo artistas, cuando nos dirigimos a un sitio, no parábamos hasta llegar allí. Y a donde queríamos llegar era justamente aquí, a primera línea. Eso es lo que siempre le hemos dicho a todo el mundo y ahora que estamos aquí, queremos seguir hasta el final.

- ¿Es cierto que su filosofía de todos estos años se podría resumir con la palabra "amor"?
J.L. Nuestra lucha ha sido una lucha por el amor y para ser amados y por expresar esto. Hay algo en el amor que es realmente fantástico y aunque no soy siempre una persona que ama, quiero serlo tanto como sea posible.

- ¿Es cierto que ha basado su vida en una actitud mental positiva?
J.L. Todos nosotros hemos sobrevivido a Vietnam y al Watergate y a las tremendas convulsiones de este mundo que ha cambiado. Nosotros éramos los "progres" de los sesenta, pero el mundo ya no es como el sesenta. Todo ha cambiado y nos estamos dirigiendo hacia un mundo desconocido. Pero como estamos vivos hay que pensar que... mientras haya vida hay esperanza.

- ¿Considera que el album "Double Fantasy" es un nuevo inicio para Yoko y Ud.?
J.L. Sí, creemos que es un nuevo inicio, se trata de nuestro primer LP. Ya sé que hemos trabajado antes juntos... pero creemos, yo en especial, que éste es nuestro primer trabajo discográfico. Que nunca antes habíamos hecho una cosa así. En efecto, es el inicio.

- ¿Qué dijo la gente cuando usted se relacionó con Yoko y con el tipo de arte que ella creaba?
J.L. La gente decía: "¿qué es lo que están haciendo?". "Esa bruja japonesa lo ha hechizado y lo está volviendo loco". Pero lo único que hizo fue sacar de mi interior esa fantasía, ese vigor de mi alma que hasta entonces yo había tenido inhibido.

- ¿Cómo se inició su colaboración con Yoko?
J.L. Antes de conocerla estaba metida contra la guerra, protestaba, gritaba en un saco negro en Trafalgar Square. Y cuando nos conocimos hablamos de lo que queríamos hacer juntos. Y lo que queríamos era seguir con mi manera de ser y mi amor-amor-amor y con su manera de ser y su paz-paz-paz.

- ¿Necesitaba usted a Yoko?
J.L. La necesitaba mucho, muchísimo. Quería estar con ella y realmente no podía sobrevivir sin ella. No podía seguir funcionando como ser humano. Cuando nos separamos me hice pedazos.

- ¿Cómo es usted como padre?
J.L. No trato de ser una figura todopoderosa... por el contrario siempre estoy sonriendo y trato de ser un padre maravilloso. No trato de hacer ver que lo sé todo, pues nadie sabe nada sobre los niños. Uno lee los libros sobre el tema y ve que no hay expertos en esto. Todo el mundo tiene una opinión distinta y uno aprende por la experiencia. Ya he cometido muchos errores... ¿cómo uno puede evitarlos?

- ¿Esto lo deprime?
J.L. Sí me deprime, mi hijo acaba de captarlo y también él se deprime. Así que ya no se pueden sentir depresiones "artísticas". Así que ahora, si ahora veo que me estoy metiendo en una depresión, ni siquiera puedo disfrutar de ella porque hay veces que uno disfruta cuando está deprimido.

- Entonces, ¿no está deprimido ahora?
J.L. No. Me siento como un chiquillo al pensar que me quedan tantos años por delante con Yoko y nuestro hijo (Lennon hace una pausa). O al menos, eso es lo que espero.

- ¿Piensa en la muerte?
J.L. Espero morir antes que Yoko porque si ella muriese yo no sabría como sobrevivir. No podría seguir adelante.

(Horas después John Lennon fue asesinado)

Jimi Hendrix - Live at Woodstock '69


Tracklist:
1. Intro
2. Message to Love
3. Hear My Train A Comin
4. Spanish Castle Magic
5. Red House
6. Lover Man
7. Foxy Lady
8. Jam Back at the House
9. Izabella
10. Fire
11. Voodoo Child (Slight Return)
12. The Star Spangled Banner
13. Purple Haze
14. Woodstock Improvisation
15. Villanova Junction
16. Hey Joe

Whitney Houston...De cisne negro a juguete roto



 La historia de la música negra está plagada de biografías calamitosas, de vidas truncadas y paseos por el lado salvaje. No parecía, en todo caso, que ese fuera a ser el destino de Whitney Houston, nacida el 9 de agosto de 1963 en Newark (New Jersey) en una familia de gran raigambre musical. Hija de Cissy Houston, prima de Dionne Warwick y ahijada de Aretha Franklin, tenía el pedigrí perfecto para poder ofrecer un espumoso cóctel de gospel, pop y soul y servirlo a través de una voz bendecida por los dioses. Nada hacía pensar que quien estaba destinada a rivalizar con Madonna por el trono de reina del pop (llegó a tener su propia muñeca Barbie) iba a seguir finalmente los pasos errabundos de alguien como Billie Holiday. Su adicción a las drogas y su larga serie de equivocaciones (en su vida y en su carrera) hicieron que pasara de ser un bellísimo cisne negro a convertirse en un juguete roto.

Desde niña mostró su pasión por la música cantando gospel en el coro de la iglesia, como tantas otras cantantes de color. No tardaría en poner su voz en discos de Michael Zager Band, Chaka Khan y Jermaine Jackson. Pero lo que quizás pocos saben es que en sus inicios cantó una emocionante versión de “Memories” de Robert Wyatt en “One Down” (1982), un disco del proyecto de avant-funk Material, liderado por Bill Laswell. Fue el preludio a una trayectoria que se inició con un primer álbum, “Whitney Houston” (1985), al que seguiría dos años después “Whitney”, que incluyó su primer gran hit internacional, “I Wanna Dance With Somebody (Who Loves Me)”, un burbujeante tema en la onda de Exposé, Cover Girls y otras artistas del por entonces exitoso latin freestyle.



 Y así es como llegó su época dorada: el lanzamiento de su tercer disco, “I'm Your Baby Tonight” (1990), su actuación en la Super Bowl cantando el himno norteamericano (1991), su flamante boda con el rey del new jack swing Bobby Brown (1992) y el gran pelotazo internacional con su doble faceta de cantante y actriz en el filme “El guardaespaldas” (1992) junto a Kevin Costner. La cinta incluía su megahit planetario “I Will Always Love You”, una versión de Dolly Parton por la que la Houston será considerada siempre culpable de las negro-affectations que muestran las participantes de todos los concursos de talentos del mundo. En esa época competía con Mariah Carey y Céline Dion por el título de reina de los gorgoritos mientras saboreaba las mieles del triunfo masivo.
Pero tras su participación en el filme “La mujer del predicador” (1996) junto a Denzel Washington y la edición de “My Love Is Your Love” (1998), su disco más próximo a la estética del hip hop y el R&B contemporáneo, comenzó su travesía del desierto, sus flirteos con las drogas, sus continuas peleas con Bobby Brown y, lo que es peor, la pérdida progresiva de su maravillosa voz, que le supondría cancelaciones de giras, abucheos en conciertos y el descalabro definitivo de su carrera, que, a pesar de todo, continuó con discos irregulares como “Just Whitney” (2002), el navideño “One Wish: The Holiday Album” (2003) y su último trabajo, “I Look To You” (2009), que, milagrosamente, logró llegar al nº 1 de las listas norteamericanas.
El 11 de febrero fue encontrado su cuerpo en una bañera del hotel Beverly Hilton de Los Ángeles, donde la diva caída se preparaba para asistir a una fiesta previa a la ceremonia de los Grammy, que ha estado marcada por su recuerdo. A Bobby Brown le sorprendió la noticia mientras cantaba en Mississippi y solo acertó a lanzar un beso al cielo mientras le decía “I love you, Whitney”. Así se apagaba una de las voces más radiantes del universo negro y la que mejor representaba esa curiosa combinación de artificio y emoción



La música y las drogas

Hay una relación frecuente, y se ponen ejemplos como el que hubiera sido de Kurt Cobain sin la heroina, un caso en el que muy probablemente el abuso de drogas lo llevó a la depresión que a su vez provocó que se quitara la vida. O de otros casos mediáticos como Britney Spears actualmente, que quizás ha estado abusando de substancias en los últimos años y parece estar al borde de un quiebre de psicosis con su imparable comportamiento.


Otro reciente es el del hombre de la foto, Pete Doherty, quien logró gran éxito con The Libertines pero su consumo eventualmente lo llevó a tener conflictos irreconciliables con Carl Barat y bueno, con la vida en general. Hay varios ejemplos en la historia del rock de bandas que sobrevivieron el uso, como el de Aerosmith, gran banda pero me atrevería a decir que después de su etapa de más uso de heroina perdieron algo y nunca llegaron al mismo punto de genialidad.

También me pone a pensar en los trastornos mentales en los que quedaron gente como Syd Barrett o Brian Wilson, después de haber creado genialidades, cayeron en el abuso al punto de desatarse enfermedades que de por vida no les permitieron ser los mismos. Ambos sufriendo de variantes de esquizofrenia pero a la vez recibiendo crédito por su importante labor en la creación artística del curso del rock y logrando grandes cultos detrás.

Varias de las bandas de rock norteamericanas más exitosas de los ’90s tuvieron integrantes adictos a la heroina. Nirvana, Hole, Smashing Pumpkins, Alice in Chains, y los Stone Temple Pilots todas tienen ejemplos y eso no fue impedimento para un éxito rotundo en la corriente principal en su momento, aunque a Layne Staley lo llevara a la muerte. En el metal, es sabido que gente como Phil Anselmo de Pantera casi muere de una sobredosis.

Y tampoco se puede olvidar el caso de John Frusciante, guitarrista de los Red Hot Chilli Peppers, cuya adicción lo llevó a encerrarse y tirarse a la mierda (algunos momentos tristemente grabados en video y documentados), y tuvo que ser expulsado de la banda durante un tiempo. Es argumentable, pero desde que regresó, ha perdido su nivel.

Históricamente han formado parte de la música, se dice que los Beatles no hubieran dejado de hacer canciones de pop de tres minutos si no hubieran entrado en contacto con los psicotrópicos. Y por supuesto que su uso se extiende a muchos géneros musicales, por ejemplo en el jazz, genios como John Coltrane que abusó del alcohol, la heroina y el LSD antes de morir de cáncer.

El artículo menciona algunos compositores que usaron drogas y que al dejarlas no perdieron su nivel de creatividad, así como Wayne Coyne (de los Flaming Lips), Tom Waits y Nick Cave. Es bueno pensar que no todos las necesitan para llegar a su mayor nivel de expresión en cualquier disciplina artística, no sólo en la música. La experimentación que fácilmente puede convertirse en dependencia, además de jamás ignorar el efecto degenerativo y claro deterioro al que llegan los de mayor uso. ¿Tu qué opinas?